sábado, 4 de julio de 2015

Iraya Rodriguez...Yo, Mi, Me, Conmigo y Contigo...


Les comparto las palabras de una mujer maravillosa que me llama "Brisa Marina" y que lo que no sabe es la frescura que me aporta ella a mi...

Un almita gemela, tierra conocida, que descubrí hace poco, pero que siento que está ahí desde hace mucho...

Enfermera y doula...

Iraya Rodríguez, nos regala estas palabras:
Yo, Mi, Me, Conmigo y Contigo...




La llegada de mi maternidad supuso una intensa sacudida tanto interior como exterior. 
Mi morena de ojos grandes me puso cara a cara con una parte de mi que hoy entiendo que tenía que salir en algún momento. Ahora sé que tanto pensar y mirar hacia afuera no era el camino indicado.

Entonces llegó ella y me vi madrugadas sin luna, puérpera, metida en internet durante horas buscando testimonios, experiencias, teorías que explicaran lo que sucedía, a ver si encontraba en ellas el apoyo, el consuelo, el sostén que no conseguía y tanto necesitaba. 

Leía de aquí y de allá, de mamás, de sanitarios, y fue entonces cuando apareció la palabra DOULA. 

Admito que mi acercamiento hacia ellas no fue inmediato, quizás esa forma tan simple y con tanto sentido común no era lo que esperaba. 

Creía que necesitaba fórmulas complicadas, de mucho pensar, algo difícil de llevar a cabo... Pero ellas hablaban justo en mi idioma y lo que escribían me calmaba, me empoderaba, me confirmaba que no estaba loca del todo, me acariciaba en la oscuridad de aquellas noches a las que poco a poco fue volviendo la luna. 

Casi sin darme cuenta empecé a dejarme llevar. Sintiendo más y pensando menos. 
Y fue así como surgió la magia. 

Mi manada comenzó a fluir, el puerperio dejó de ser un a lucha conmigo misma, con los demás... Me dejé llevar por lo simple, por el sentido común, por lo que sentía que necesitaba mi pequeña que no era más que a mi, a mi nueva yo, sin prioridades fuera de nosotras. 

Así que durante esta experiencia decidí hacerme un regalo; mi primer regalo a mi misma; continuar el aprendizaje con esta formación en círculos de corazones con ganas de compartirse, de desaprender, de reír y llorar, de sanar, de crecer y sobre todo de re-descubrir el arte de acompañar.

Acompañar formada, con respeto, sin juzgar; sóloestando y fluyendo con las necesidades de la mamá y la familia que me quiera a su lado. 

Pero a demás de todo esto, mi gran sorpresa es que hoy siento que vivo acompañada, acompañada por mi misma, sin etiquetarme, dándome los permisos que necesito sin culparme, reconociendo mis emociones y respetándolas... respetándome. 
Mirándome hacia dentro para poder acompañar también a los de fuera de la misma manera, con mimo, mucho mimo. 



          Iraya Rodríguez González
          Mujer, hija, enfermera, madre y doula (orden causal y no casual)



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